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Pudo ser una buena historia, y sin embargo, se desgasta con personajes que no aportan nada y situaciones inverosímiles, para darle un giro a la trama que aunque inesperado no es nada satisfactorio.

Por otro lado, Mariana debe ser la protagonista más pasiva y desconectada de la realidad desde Bella Swan en Twilight (Crepúsculo) -aunque igualmente es un magneto para cualquier loco que ande libre por la ciudad-.

Un gran thriller, además de que los diálogos de Ian Malcom sobre la soberbia de las personas, la ciencia, el capitalismo y la teoría del caos son una verdadera joya y siguen estando muy vigentes hoy en día, aunque nuestros grandes avances hayan resultado en la creación de Inteligencias Artificiales y no clones de dinosaurio.

Sin duda me habría encantado leerlo antes de ver las películas.

Creo que no se lo recomendaría a nadie que no esté particularmente interesado en la vida de Sylvia Plath, porque a pesar de que tiene pasajes muy poéticos y que invitan a la reflexión; la apatía y la depresión que sufre la protagonista son contagiosas y hacen que aunque breve, resulte un libro pesado.

Algunas personas también me han comentado que el inicio es lento y sin embargo, no es que no haya actividad y varios personajes presentes, sólo que los mismos no son de mayor importancia para la protagonista que nos los narra, y por lo tanto, nos resultan aburridos e intrascendentes.

La narración es fluida y hermosa; aunque relata la dura vida del protagonista y su familia en un pueblito costero miserable, que pone sus esperanzas para el futuro en la desgracia ajena -es decir, en los naufragios de los que el libro toma su nombre-, pero que también es más vulnerable y está más cerca de la tragedia de lo que sus habitantes creen.

Aunque necesito dejar de escoger libros que me rompan el corazón con tanta contundencia, creo que Babel es una novela preciosa que abarca como pocas las paradojas de las palabras, los idiomas, las relaciones, el privilegio y el capitalismo, y que sin duda se siente muy distinto cuando la colonización aún es una parte tan integral de la identidad de uno mismo.

Por otra parte, aunque algunas de las críticas hacia el libro radican en que el ambiente más que fantástico es más bien histórico -salvo por la sustitución de la tecnología por la magia de la traducción-; a mí me parece impresionante que la historia te deje queriendo más y que de hecho puedas seguirle la pista en el mundo real: tanto en la historia, como en la modernidad, como en cualquiera de los muchos idiomas que podemos estudiar.

Demasiado juvenil a pesar de las incesantes citas directas de Shakespeare. Y aunque en mi opinión sí tiene personajes entrañables, ni la historia ni el final abierto les hacen justicia.