Daniela Mendoza Tijerino reviewed Deambular otra vez by Selva Almada
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En diciembre de 2021 participé en un taller de grabado y estampación. Mientras buscaba inspiraciones para el taller, me topé con el trabajo de Chalío García que en sus ejercicios de grabado crea imágenes con bastantes detalles y texturas sobre distinas manifestaciones de la vida y la muerte. Me gustaron mucho los gallos, peces, venados, jabalíes, helechos, flores, soles, pastos, calaveras y demás seres que miré en sus creaciones.
Un día compartió un estampado de un árbol muy hermoso, frondoso y con un tronco lleno de relieves que conectaba las ramas con las raíces y la tierra. En la descripción, Chalío explicó que esa imagen sería la portada del libro "Deambular otra vez". Reconocí a lxs autorxs Juan Pablo Villalobos y Cristina Rivera Garza y me intrigó su colaboración con Chalío (en ese momento no conocía a la escritora Selva Almada, pero ahora me alegra saber quién es).
Como era …
En diciembre de 2021 participé en un taller de grabado y estampación. Mientras buscaba inspiraciones para el taller, me topé con el trabajo de Chalío García que en sus ejercicios de grabado crea imágenes con bastantes detalles y texturas sobre distinas manifestaciones de la vida y la muerte. Me gustaron mucho los gallos, peces, venados, jabalíes, helechos, flores, soles, pastos, calaveras y demás seres que miré en sus creaciones.
Un día compartió un estampado de un árbol muy hermoso, frondoso y con un tronco lleno de relieves que conectaba las ramas con las raíces y la tierra. En la descripción, Chalío explicó que esa imagen sería la portada del libro "Deambular otra vez". Reconocí a lxs autorxs Juan Pablo Villalobos y Cristina Rivera Garza y me intrigó su colaboración con Chalío (en ese momento no conocía a la escritora Selva Almada, pero ahora me alegra saber quién es).
Como era improbable que tuviera acceso al libro con prontitud en Nicaragua, dejé de pensar mucho en él.
Fue en la FIL de Guadalajara, casi un año después, que reconocí de lejitos en uno de los estantes el árbol de Chalío, e inmediatamente lo agarré. En mis primeras exploraciones me pareció interesante la estructura visual: hay distintos apartados con relatos de lxs autorxs introducidos por títulos y por grabados específicos (limonero, cactus, mano, pies, pambazo, edificio...).
Además, me gustó mucho la invitación que dio paso a los relatos:
En 2020, desde la FIL de Oaxaca, invitaron a lxs autorxs a escribir "un primer texto que reflexionara sobre la ficción y la imaginación". Una vez recopilados los tres escritos, éstos fueron leídos por cada participante para, "a partir de esa lectura, elaborar un segundo texto que dialogara con las ideas y sentires de lxs demás". Al inicio de la pandemia del coronavirus, cuando no había tanta claridad sobre formas de cuidado y acuerdos de encuentro, me parece que este fue un ejercicio muy lindo para ofrecer conexión y cercanía. También es una invitación que quisiera probar ahora con otras personas.
En cuanto a los relatos, los disfruté todos en distintas medidas. Abordan reflexiones sobre procesos creativos (en particular de escritura) con guiños hacia recuerdos de la infancia y contemplaciones que se hacen desde un presente que co-existe con el coronavirus.